En la vida enfrentamos desafíos constantemente. Muchos de estos desafíos los calificamos como problemas, pero… ¿por qué tenemos tantos?… ¿cómo nos afectan?… ¿cómo los abordamos?… ¿cómo lo hacen los demás?… ¿cómo podemos ser más efectivos?…
Todos respondemos de forma distinta ante un mismo agente estresante, por eso podríamos decir que lo hacemos con nuestras propias posibilidades de “AFRONTAMIENTO”.
El término “afrontamiento” hace referencia a:
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- Todas las estrategias para tratar contra las amenazas, y se supone, integra todos los procesos y actividades que un sujeto emplea para preservar su organismo y bienestar.
- La conducta que busca el alivio, recompensa y equilibrio, ante cualquier problema.
- La capacidad y todas las acciones y los conocimientos con que la persona puede llegar a la resolución de problemas.
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Las últimas investigaciones atribuyen un gran valor e importancia al afrontamiento para la calidad de vida y el bienestar psicológico.
Pero ¿qué influye o conforma, concretamente, nuestra capacidad de afrontamiento?
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- La salud y la energía que tenemos para desempeñarnos de manera óptima.
- La creencia positiva o autoeficacia (creer que podemos), ya que nos permite soportar el estrés para obtener consecuencias beneficiosas.
- Las habilidades sociales que están íntimamente relacionadas con el apoyo social, es decir el afecto y valoración de otras personas sobre el sujeto.
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Algo importante es que la forma en que la persona “afronta”, cambia cuando el contexto físico y social cambia. Si cambia para bien… o para mal… eso lo podemos decir dependiendo de los resultados que obtenemos.
Y tú … ¿cómo andas de estrategias de afrontamiento?
